El cuento de los viernes22/01/2021

El lector

Terminado el periodo navideño, aun nos quedan algunas historias que aquel tiempo dejó prendidas en #ElCuentoDeLosViernes.

No le conocemos. Nada sabemos de él, de su historia, de su familia. Solo sabemos lo que nos cuenta la periodista que siente que su gesto es pura magia en un día mágico, en un mundo descreído y crispado. Día de Reyes, de presentes igual que aquellos que unos magos sabios ofrecieron a Jesús, nacido pobre entre los pobres.

— Cáritas, ¿dígame?

— Mi nombre es José. Me gustaría hablar con la periodista que, hace unos días, publicó una entrevista en Noticias Obreras a una chica que se llama Eva…

A la periodista, responsable de Comunicación de Cáritas Valencia, le repite el nombre y le dice que ha leído su entrevista a Eva y que quiere hacerse cargo del alquiler del piso de esta madre por tres meses.

— Hay gastos de los que puedo prescindir…

Un indicio de que no va sobrado de dinero.

Puede que su propia vida haya pasado por dificultades o las haya visto de cerca, y sabe bien lo que es, con dos niñas, no disponer de lo necesario para sacarlas adelante y está dispuesto a echar una mano.

La mirada serena, sencilla y alegre de la foto de Eva ha podido enternecerle y cree que merece la pena privarse de algo para darle un respiro a ella.

¿Le habrá admirado el gesto de Eva que sin tener lo mínimo para sobrevivir acoge en su casa a una amiga «que aún está peor que ella» y se habrá conmovido de tanta generosidad?

El padre, lejos, ayuda lo poco que puede en pesos colombianos. ¿Sentirá pena por la preocupación de ese hombre por no poder hacer nada más por sus hijas?

¿Le indignará que la burocracia de las prestaciones sociales no cubra el desamparo de Eva y sus hijas?

¿Habrá sentido ternura por el aprendizaje de esta joven madre que administra y ahorra cuando tiene ingresos en previsión de épocas de vacas flacas y ha querido retrasar un poco esa mala época?    

«Las niñas saben que ahora no se puede y no piden mucho», dice Eva. Si es padre o también si no lo es, pensará que ningún niño o niña debe vivir con riesgo de perder su hogar?

¿Será un hombre confiado y creerá firmemente que la preparación académica de Eva le proporcionará en breve el deseado trabajo y quiere tener mientras un pequeño puente?

¿O quizás tiene fe en que toda persona debe hacer algo para cambiar el mundo y en Eva y sus hijas ha amado a cada persona que sufre y cuya precariedad no le permite alcanzar la plenitud de su vida?

Y la decisión de este lector, mueve a la periodista a recordar las palabras del papa Francisco “Frente a diversas y actuales formas de eliminar o ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras” (FT 6).