Agentes de Cáritas22/07/2022

Fina Tortajada: «Cáritas es mi vida. Mientras pueda, ayudaré todo lo que haga falta»

La Cáritas parroquial de Villar del Arzobispo acaba de homenajear a Fina Tortajada, su directora durante los últimos 12 años.

Villar del Arzobispo celebró en fechas cercanas al pasado Corpus Christi su Semana de la Caridad. Como siempre, preparada con todo detalle, para dar a conocer a la población qué se hace en Cáritas y cómo evoluciona, invitando a sus habitantes a participar en los actos y charlas que han tenido lugar.

En esta ocasión ha habido un poco de secretismo en la preparación de la Misa del voluntariado en la que han dejado casi al margen a su directora, Fina Tortajada.

Momentos antes de dar comienzo la Eucaristía a Fina le extrañó ver a Ignacio Grande, director de Cáritas Valencia en la misma iglesia, porque no habían pensado en invitarle. Le saludó junto a todo el equipo y pocos minutos después se inició el canto de entrada a la celebración.   

Fina, llevas muchos años de voluntaria en Cáritas pero ¿lo que ha ocurrido hoy es una despedida?

Yo ya llevo unos años diciendo que hay mucha gente mayor de voluntaria y ahora es más cosa de gente joven que domina los ordenadores y los móviles que se necesitan mucho para llegar a todo lo que hace falta. El párroco anterior ya me decía que aguantara. El de ahora, Quique Roig, también me lo dice. Lo de hoy ha sido una gran sorpresa. No me esperaba nada.

¿Qué te movió, siendo muy joven, a entrar en Cáritas?

Yo estaba en las misiones, en las Hijas de María… Cáritas se formó más tarde. Ya tenía a mis cuatro hijos. ¡Cinco hombres en casa! Todos los días pido al Señor que me aumente la fe que es mi vida, lo principal para tirar hacia adelante. Con la fe desaparecen los obstáculos. Y, gracias a Dios, comparto la fe con mi marido. Eso es una bendición para sacar a la familia adelante. Él también es voluntario y está a todo lo que hace falta.

En estos treinta y cinco años de vida de Cáritas, ¿cómo te has adaptado a las necesidades que en cada momento se han ido presentando?

Hemos ido cambiando nuestra manera de hacer las cosas, por lo que nos ha traído cada tiempo. Cuando yo empecé, hasta se lavaba la ropa a personas mayores. En aquellos tiempos vino una avalancha de personas de Rumanía atraídas por la agricultura. Fue una cosa muy bonita. Les ayudamos mucho y compartíamos fiestas juntos, con meriendas, dulces de su tierra, tocaban la guitarra y cantaban sus canciones. Muchos formaron aquí su hogar. Ahora, más que la agricultura es la minería lo que atrae a las personas migrantes. Tenemos de todos los países y nos amoldamos a las necesidades que personas tan diversas plantean. Eso sí, seguimos pensando que recibimos más de lo que damos. Es algo impresionante. Somos diez personas voluntarias. Los sábados vamos por las casas recogiendo alimentos. Mi hijo saca el tractor para llevarlo todo y, fíjate, eso la gente lo espera mucho. Los niños y niñas de confirmación nos ayudan mucho y el pueblo es muy solidario con Cáritas.

Y cuando empezasteis a preparar este año la Semana de la Caridad, tú lo harías como una más, pero…

Claro. Y yo no me imaginé nada, te lo prometo. En Corpus hacemos las Cuarenta horas de exposición del Santísimo y yo el día de la misa del voluntariado llegué pronto para estar en la Reserva del Santísimo. Cuando acabó, vi a Ignacio Grande, que solo conocía por la televisión. Me llamó la atención, pero pensé que Mariado, la coordinadora de la Vicaría V le abría invitado.

Cuando acabó la misa, el director dijo en voz alta que no se fuera nadie, que iban a hacer un homenaje a Fina Tortajada. Yo me eché las manos en la cabeza. Hace doce años que soy directora de Cáritas y ya entonces no quería. Pensaba que yo no valía para eso. Ahora creo que debe ser una persona más joven. A principio de curso sí que la pondrán pero quieren que yo me quede en la Junta. Tenemos a gente bastante joven en Cáritas y vamos a recibir a más.

Quique, el sacerdote, empezó a decir que soy ministra de la comunión junto con mi marido, abanderada de la Adoración Nocturna, también con mi marido, de los equipos de Nuestra Señora… Mi hijo mayor llevó este año la bandera de la Adoración Nocturna, porque su padre no puede ya con el peso.

Fina, ¿qué más se le puede pedir al Señor?

Nada, nada. Yo le doy gracias todos los días, por cada nuevo día. Le pido que no me deje hacer mal a nadie y que realice todo el bien que pueda. Cáritas es mi vida. Yo lo sé. Mientras pueda, ayudaré todo lo que haga falta.

Fina Tortajada, mujer avalada por Dios, alentada y reforzada por su familia, no puede ser otra cosa que el vivo quehacer de Jesús, mano tendida y abrazo de acogida a las personas más vulnerables de la vida, vengan de donde vengan, sientan como sientan.