¿A quién le consulto sobre adicciones?
El paciente no se equivoca de puerta, acude allí donde tiene la confianza, la cercanía y donde cree que le pueden ayudar.
En todas nuestras comunidades autónomas hay unidades especializadas en el tratamiento de las conductas adictivas. En unas comunidades se llaman CAD, centro de atención a drogodependencias, en otras UCA, unidad de conductas adictivas y probablemente haya más denominaciones. Pero las funciones son similares, aunque no idénticas. En algunas comunidades estas unidades están completamente integradas en el servicio de salud de dicha comunidad, en otras, el servicio de salud las acredita y hasta supervisa, pero no se encuentran integradas en la estructura. Los equipos profesionales son similares, hay médicos, preferentemente especializados y en algunos casos formados en psiquiatría, hay personal de enfermería, con un papel muy importante en el seguimiento y vinculación de los pacientes.
También hay profesionales de la psicología, fundamental porque las adicciones son multifactoriales y el abordaje biopsicosocial es el más eficaz. Tratando de reforzar el aspecto social, en algunos casos, pero pocos, hay profesionales del Trabajo Social. Ciertamente, faltan profesionales para dar una completa cobertura biopsicosocial, pero los objetivos de estas unidades no son absolutos, sino limitados. Normalmente se trata de diagnosticar, valorando si se puede tratar en un seguimiento ambulatorio realizable desde estas unidades y en caso de que no sea así se derivara a las personas a otros recursos, sean ambulatorios, comunidades terapéuticas, viviendas tuteladas, desintoxicaciones hospitalarias u otros, siempre dependiendo de los recursos existentes en cada comunidad autonómica.
Pero los recursos sanitarios especializados se hacen lejanos al ciudadano, al potencial paciente y hay otros recursos mucho más cercanos. El primero de ellos, la Atención primaria, donde encontraremos al médico de familia, también conocidos como médicos de cabecera, una expresión muy gráfica pues define al médico que está a la cabecera del paciente, el que acompaña. La definición de médicos de familia también es muy clara, quien atiende a la familia. La figura de estos profesionales tiene tal grado de importancia que, en un estudio realizado en los países escandinavos, descubrieron que aquellas personas que mantienen durante tiempo a los mismos profesionales en la atención primaria tienen índices de longevidad más elevados que aquellas personas que cambian con frecuencia estos profesionales.
No solo se trata del vínculo y la confianza, variables muy importantes para la salud, se trata del seguimiento, de un montón de datos y sensaciones que no se pueden transmitir en una anamnesis y que sea por que mejoran el diagnostico, por un mayor compromiso del paciente o cierto efecto placebo, la cuestión es que incrementan la salud. Médicos y enfermería de la atención primaria es muy probable que realicen las primeras intervenciones sobre las conductas adictivas. Puede que la consulta la realice el paciente, pero también es posible que sea una acción que inicie el médico, es decir, que detecte algún síntoma relacionado con una posible conducta adictiva, con sustancia o sin ella y desde esa percepción actúe.
Hay otro equipo sanitario cercano, aunque la población favorecida sea menor. Se trata de la medicina del trabajo, un servicio con profesiones de la medicina y la enfermería que han de tener empresas con determinado número de personas trabajadoras. Son profesionales cercanos, con los que se pueden crear relaciones de confianza y que, al igual que desde la atención primaria, pueden detectar síntomas asociados a las conductas adictivas, sea por la vigilancia de la salud o la intervención en siniestros. La medicina del trabajo cuenta con la información de la vigilancia de la salud, en la que solo se pregunta directamente sobre el tabaquismo, pero en cuya información se puede realizar una lectura de aproximación a ciertas conductas adictivas. Marcadores hepáticos, problemas de sueño, medicación, ansiedad y otros datos que pueden tener relación con relaciones de abuso.
En ambos colectivos hablamos de profesionales de la medicina y la enfermería, cercanos, accesibles y con gran posibilidad de tener vínculos de confianza, factores facilitadores para detectar y asesorar. Seguro que agradecerían tener más tiempo para cada paciente y formación específica.
Hay quien afirmaría que el potencial paciente estaría usando una puerta equivocada, pero el paciente no se equivoca de puerta, acude allí donde tiene la confianza, la cercanía y donde cree que le pueden ayudar. Y es cierto, desde estas áreas de la salud se previenen las conductas adictivas y se facilita la intervención temprana, reduciendo el daño e incrementando las posibilidades de éxito en los tratamientos.