Acompañar en la adversidad: una mirada comprensiva en tiempos difíciles
El Programa de Familia e Infancia de Cáritas Valencia ha celebrado su encuentro formativo anual en línea, debido a la situación de pandemia.
Esta situación de crisis sanitaria que vivimos actualmente, no ha hecho más que agudizar nuestro ingenio para estar más cerca que nunca de las personas a las que acompañamos y de las personas voluntarias que tan encomiable labor realizan siempre, pero especialmente en los momentos de crisis como el que vivimos.
Por este motivo, desde el Programa de Familia e Infancia de Cáritas Diocesana de Valencia hemos querido mantener nuestra ya habitual cita, con todas aquellas personas que realizan su voluntariado acompañando a niños, niñas, adolescentes y familias en los diferentes proyectos parroquiales.
El pasado sábado 27 de febrero celebramos un encuentro formativo en línea, bajo el título “Acompañar en la adversidad: una mirada comprensiva en tiempos difíciles”. Este encuentro tuvo una gran acogida, participando 84 personas voluntarias de los diferentes proyectos de familia e infancia de toda la diócesis.
En el encuentro pudimos contar con la presencia de Aurora Aranda, secretaria general de Cáritas Diocesana, quien dio la bienvenida a las personas asistentes resaltando y agradeciendo el trabajo que realizan.
La sesión la llevó a término Conchi Martínez, psicóloga y pedagoga con una amplia experiencia en el trabajo con infancia, adolescencia y familias en situación de vulnerabilidad.
Conchi habló sobre cómo acompañar en la adversidad, ser consciente de ella, sus distintas formas y maneras de presentarse. También sobre cómo cambiar nuestra mirada, para hacerla a veces, un motivo de aprendizaje y experiencia. En este punto destacó la figura de las personas voluntarias, remarcando su enorme potencial de ayuda.
Nos expuso el concepto de resiliencia, como un factor de protección ante la adversidad. La resiliencia nos ayuda a afrontar, manejar, superar y salir con proyección hacia el futuro. Durante las distintas fases de la vida, nuestro entorno familiar y social, lo que la ponente denominó como “tutor de resiliencia”, nos ayuda a construir nuestro interior: esto hace que nos fortalezcamos y nos hagamos resistentes a la adversidad. Aquí de nuevo emerge la figura de las personas voluntarias y su labor diaria en cada uno de los proyectos en los que participan. También nos ayuda a ser resilientes el desarrollo de habilidades y sentimientos positivos, conectar por ejemplo con una obra de arte, con el deporte, con la lectura, con una sensación agradable, nos fortalece y ayuda y hace que nos mantengamos a flote durante periodos difíciles de afrontar, así como la conveniencia de prevenir y activar los mecanismos internos, nuestros valores y recursos para fortalecernos.
Conchi, también nos hizo pensar en sobre «Qué quiero ser durante el COVID-19». La adversidad que ha supuesto la pandemia se diferencia de otras en que es distinta, prolongada, y amenazante. Todos somos potencialmente víctimas. Cómo podemos pasar y a veces quedarnos en las distintas zonas, cómo hacer que el miedo cambie y nos permitamos avanzar a zonas de aprendizaje y crecimiento. Resultó muy interesante la forma de exponerlo y ver todo lo que se puede desarrollar en estas zonas. Intentar cambiar el miedo, atemorizante y que bloquea, por unas posiciones activas y de desarrollo. Convertir la adversidad que conlleva esta pandemia en fortaleza y sabiduría, es un reto que nos ha puesto la vida patas arriba.
Igualmente, pensamos que fue una aportación muy valiosa enlazar con el concepto de la esperanza, como capacidad de redefinir la propia vida y proyectarla hacia el futuro. Esta idea encaja perfectamente con la filosofía que los voluntarios y voluntarias de Cáritas trasmiten con su presencia y acompañamiento.
Conchi nos ayudó a conectar con el duelo. Cada persona reacciona de diferentes maneras ante una perdida, además de variar en cada persona según el momento en que se produce. Todos hemos pasado por alguna pérdida de un ser querido y hemos experimentado las distintas fases del duelo, el cual puede llegar a ser patológico cuando no nos deja avanzar en nuestra vida y nos ancla en el pasado. Las personalidades con más recursos para afrontar las pérdidas son aquellas que tienen mayor control emocional, una vida equilibrada, apoyo familiar y social, vida espiritual y que pueden mirar hacia el futuro de una forma positiva.
Además, también pudimos trabajar con Conchi alguna dinámica y cuentos para reflexionar. Fue una experiencia muy agradable y didáctica.
Programa de Familia e Infancia en colaboración con Rosa Ribes y Loli Rodríguez, del Equipo diocesano de Familia e Infancia.