Cáritas parroquiales13/12/2021

Asun Alonso: «Aquí no hemos cerrado las puertas a nadie y Cáritas no ha parado»

Cáritas parroquial de Benaguasil no ha dejado de adaptarse para acompañar mejor a las familias en situación de mayor vulnerabilidad de su territorio.

Asun Alonso, profesora de secundaria en el colegio Santa Ana de Llíria y directora de la Cáritas parroquial de Benaguasil siente verdadero orgullo por la labor de constante superación que durante tantos años está realizando esta Cáritas parroquial en favor de las familias en situación de mayor vulnerabilidad del pueblo.

Benaguasil, con una sola parroquia, cuenta en Cáritas con 23 personas voluntarias de verdadero compromiso evangélico. Han venido atendiendo una media de sesenta – setenta familias y actualmente acogen a setenta y cinco. Las consecuencias de la pandemia han incrementado la afluencia de personas nuevas.

¿La pandemia ha hecho remover la estructura de vuestra Cáritas parroquial?

Todos nos hemos tenido que readaptar a la situación. Aquí no hemos cerrado las puertas a nadie y Cáritas no ha parado. Primero fue un esfuerzo tremendo de comunicación y contacto con las familias que ya acompañábamos. Activamos un teléfono de urgencia que dejamos en todas partes, parroquia, Ayuntamiento, policía… Varias personas voluntarias, con una acreditación del Ayuntamiento, se dedicaron durante los meses fuertes de la pandemia a visitar las viviendas de las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Nos reuníamos para valorar los casos y acudir a cada necesidad. Confeccionamos mascarillas hasta para el hospital de Llíria. Hicimos una buena cadena de trabajo y lo importante ha sido la innovación.  

¿Tenéis mucho voluntariado joven?

La mayoría supera los sesenta y cinco años y estamos haciendo un esfuerzo por motivar a personas más jóvenes y las nuevas incorporaciones sí que lo son, incluso tres muy jóvenes.

Entre las innovaciones que habéis adoptado está la nueva fórmula para entregar alimentos.

Ha sido un proceso largo. Hemos pasado todos los estadillos. De dar comida con las bolsas típicas a un cambio de fórmula para evolucionar según Cáritas Diocesana iba marcando para dignificar la ayuda a las familias. Implantamos el economato con un cambio de mentalidad y metodología. Varias personas se tuvieron que formar para llevar la organización y administración de forma adecuada. Seguimos estando en proceso de evolución y el último paso que hemos dado es el más interesante. Hemos estado acabando los alimentos que teníamos en el economato y al mismo tiempo dábamos vales para carnicería. Ahora hemos empezado con una formación muy fuerte para quienes van a llevar el nuevo proyecto: un equipo de acogida, aportación de documentación y criterios de entrega de vales y otro equipo, con el listado de familias derivadas, preparación de citas y entrega de vales de diferentes cantidades según los miembros de las familias.

¿La acogida también ha evolucionado, conforme van pasando los años, por las diferentes necesidades que presentan quienes acuden a Cáritas?

El perfil del economato ha tenido que cambiar, el perfil del ropero es más tradicional pero sí que puedo decir que por la mucha formación, renovada constantemente, por el trabajo en las técnicas de la entrevista de las personas que llevan la Acogida, esta no es nada asistencial. La mentalidad por la promoción y la dignidad, el respeto a la privacidad es lo fundamental y la estrecha colaboración con Servicios Sociales ayuda a ser más cercanos, más eficaces.

¿Tenéis a la vista nuevos proyectos que apoyen vuestro criterio de promoción de los participantes?

Hemos hecho algunos talleres de cocina. El servicio de limpieza de la iglesia lo hacen personas participantes que formamos previamente. Es el primer contacto de unas mujeres con el pueblo, de salir del  barrio de viviendas protegidas donde viven, formarse y trabajar. Es el primer paso a su integración. Tenemos proyectos de talleres de ahorro de energía, de economía doméstica, acompañamiento de personas con dependencia y tenemos el material para hacer algo por la situación de pobreza energética.

¿La animación comunitaria también está presente en vuestra actividad?

Sí, son las personas más jóvenes las que montan todas las campañas que hacemos. El mercadillo solidario de Navidad con amplia difusión en toda la población, las cajas en los comercios para recaudar fondos, la comunicación periódica a la parroquia, las necesidades que se nos plantean, la sensibilización en rótulos y cartelería de una manera visible.

Para finalizar, Asun pone de relieve, con ternura, la puesta en marcha y la actividad del ropero solidario por las voluntarias más mayores del equipo, con el deseo de renovar la idea de ropero que hasta ese momento habían tenido. Empezaron por la dignificación del espacio, espacio – tienda donde se pudiera elegir. Hacen lo posible por contribuir con @rropa y se envían kilos y kilos de ropa.

Su vínculo con el voluntariado de la Pastoral de la Salud es muy valiosa porque, en sus visitas a los enfermos, detectan muchas situaciones de necesidad en las que se puede intervenir.

Un equipo de equipos, cada uno con su función, equipo vivo, abierto a todas las situaciones de pobreza, soledad y exclusión de Benaguasil, con voluntad cristiana para acoger, dignificar y paliar sus necesidades.