Cáritas parroquiales22/05/2023

Asunción Alonso: «La comunidad responde, como siempre, generosamente»

Cáritas Benaguasil también recibió un reconocimiento el pasado Día Internacional del Voluntariado.

Cáritas Benaguasil es una Cáritas parroquial en funcionamiento desde los años cuarenta del pasado siglo. No consta documentación escrita pero así se ha trasmitido su labor, de generación en generación, en la parroquia y entre los equipos.

Su actual directora, Asunción Alonso, nos explica que guardan como verdaderos tesoros algún recibo de aquel entonces y varias relaciones de visitadoras cuya misión era acercarse a los hogares de las familias que solicitaban el apoyo de la parroquia, de Cáritas.

«Esta actividad, —sigue Asun—, deriva de la labor que realizó la Congregación de San Vicente de Paul que ejercía la caridad y la asistencia en las parroquias. Las necesidades que se cubrían eran, sobre todo, las básicas de alimentación. Era su forma de acoger y acompañar la precariedad que se presentaba en el pueblo. Lo realizaban personas vinculadas a la parroquia, un grupo sólido, con la certeza de que la fe se traslucía en la dedicación al prójimo vulnerable. Presididas por el párroco y apoyadas por los donativos de la comunidad, eran muy válidas y también muy valientes porque sin tener mucha formación en acción social ya decían que había que hablar sobre la dignidad de las personas y acompañarlas en el entorno y en el contexto en el que se movían. Pisar las calles, los barrios».

Por su ejemplo y la huella que fueron dejando sigue Cáritas ejerciendo una labor con verdadera vocación de servicio.

«Yo recuerdo la zona de cuevas donde llevaban comida y algunas medicinas, —continúa Asun—. En el pueblo no ha habido nunca demasiada pobreza porque no hemos tenido mucha gente de paso ni hemos padecido los efectos de una desindustrialización. Los jornales de temporada sí que abocan a incrementar las necesidades muchas veces cronificadas. En la parroquia siempre ha existido una demanda de ayuda. La economía del pueblo, tradicionalmente agrícola, está avanzando hacia el sector terciario. Se han abandonando muchos campos porque no producen pero sigue funcionando bien la cooperativa de hortalizas y fruta».

En todos estos años el voluntariado ha ido a más. Hubo un punto de inflexión en el que se promocionó mucho que quienes  pertenecían a grupos parroquiales, como monitores de juniors o catequistas de confirmación, se comprometieran en la acción social de la Iglesia. Ese fue el germen que hizo crecer el equipo y la actividad de Cáritas, con la vinculación también de Cáritas Diocesana y el interés de su equipo de Animación por lo que se estaba cociendo en la acción social de Cáritas Benaguasil.

Fue entonces cuando se hicieron algunas preguntas fundamentales: «¿Cómo podemos mejorar? ¿Cómo pasar del asistencialismo a la promoción? El darnos ideas y formarnos en las líneas de acción de Cáritas nos introdujo en unos cambios necesarios y atrajo a un núcleo fuerte de voluntarios y voluntarias con una buena formación, manteniendo siempre la fuerza del voluntariado más mayor. Y esto ha sido lo mejor. La paciencia de unos y otros y la complementariedad de los estilos han permitido que los trabajos que las mayores hacen super bien salgan adelante y también las nuevas tareas que realizan quienes se van incorporando», nos explica.       

Se organizó el economato San Blay, un ropero solidario con aires de tienda, se perfiló la animación a la comunidad con campañas bien diseñadas y comunicados eficaces para hacerla una extensión de la propia Cáritas.

«Ahora, —dice Asun—, estamos pasando a la tercera fase. Del economato al proyecto de los vales, guiados por el asesoramiento de Diocesana. La cuarta fase supondrá la formación a las personas participantes en economía doméstica y ahorro energético. El futuro será la modernización del ropero».

Las familias que atienden han ido variando. Se ha pasado por muchas etapas. De las del pueblo a las de Europa del este, Sudamérica, Marruecos…  atraídas por la agricultura y por la obra. Muchas de ellas sin papeles que no tienen más ayuda que la de Cáritas hasta que no consigan su regularización.  

Refiere Asun que Nuestra Señora de la Asunción ha sido, hasta hace unos tres años, una parroquia rica en donativos. A raíz de la pandemia, este recurso se dinamitó hasta el punto de tener que exponer a la comunidad que Cáritas no iba a parar pero que estaba sin fondos.

«Ahora, después del paréntesis que supuso la preocupación y el temor en la pandemia, se percibe otra vez el interés de la comunidad por estar a nuestro lado, por apoyar nuestros proyectos y está respondiendo, como siempre, generosamente».

Una base bien cimentada construida por aquellas personas, muchas de ellas hoy en el cel, ha dado paso a una Cáritas parroquial de Benaguasil motivada para prestar la mejor ayuda y combatir las diferentes formas de pobreza con las que se encuentran.