Cáritas parroquiales24/06/2025

Cáritas Gandia atendió a 3652 personas en 2024 y gestionó cerca de 25 000 ayudas, visibilizando una exclusión que no cesa

Más allá del dato, estas cifras revelan rostros concretos, historias de lucha y derechos vulnerados.

En el marco de los actos de la Semana de Caridad, Cáritas Interparroquial de Gandia ha presentado su memoria anual de actividades del año 2024. La entidad atendió a un total de 3652 beneficiarios (directos + indirectos) en su acción social, —un 3% más que el año anterior—, lo que representa al 4,56% de la población de Gandia, de acuerdo con datos de población de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según estimaciones de 2024 en La Safor (Institut Valencià d’Estadistica), en Gandia hay alrededor de 6800 personas en situación de carencia material o social severa (un 8,6% de la población), mientras que otras 19 000 viven en situación de pobreza (un 23,8% de la población). A su vez, en situación de Riesgo de Pobreza o Exclusión (AROPE) se encuentran unas 23 000 personas en la ciudad (un 29,2% de la población), de las cuales se estima que alrededor de 4000 son menores de 16 años (un 34,7% de la población de menores de edad).

La directora de Cáritas Interparroquial de Gandia, Maite Boscá, ha comentado que «la pobreza no es una cuestión puntual ni fruto del azar. Es consecuencia de desigualdades estructurales que impiden a muchas personas ejercer sus derechos básicos. Desde Cáritas no solo acompañamos: también visibilizamos esta realidad y trabajamos por transformarla».

Ante esta realidad, Cáritas Gandia ha prestado en 2024, a través de sus diferentes recursos y programas, un total de 9147 atenciones personalizadas, lo que supone un promedio de 762 atenciones cada mes. Este acompañamiento integral se ha desarrollado a través de las 9 Cáritas parroquiales y el equipo profesional de Cáritas Interparroquial. Ha abarcado desde procesos de desarrollo personal, acompañamiento psicológico, formación, orientación laboral y trabajo comunitario.

A lo largo del año, Cáritas Gandia ha alojado a 30 personas en el Centro de Atención Integral y en sus Viviendas de Autonomía y Familiares; espacios donde no solo se cubren necesidades básicas, sino donde se recupera la dignidad, y se ofrecen nuevas oportunidades.

Además, la entidad ha impulsado con ilusión gran variedad de actividades formativas, culturales y de ocio, en las que han participado mensualmente unas 185 personas de los diferentes programas. Estos espacios no solo fomentan el aprendizaje y la convivencia, sino que generan vínculos entre ellas y las reconectan con sus talentos y con la comunidad, generando redes de apoyo tan necesarias para desenvolverse en la sociedad.

Entre enero y diciembre del año pasado, los beneficiarios de los programas de Cáritas Interparroquial de Gandia han recibido 24 699 ayudas y servicios básicos (más de 2000 al mes), que incluyen, entre otros, casi 19 000 kits de comida diaria, 738 cajas de alimentos frescos, 610 tarjetas prepago mensuales para productos no perecederos y de higiene, más de 2500 servicios de duchas y 1000 ayudas a través de kits de ropa mediante un servicio personalizado y canalizado a través del ropero solidario dirigido a familias en situación vulnerable.

El esfuerzo de Cáritas Gandia durante 2024 se ha traducido en un impacto económico directo de 284 900 euros en ayudas, una cifra que refleja el compromiso real con las personas en riesgo de exclusión social. Este importe incluye tanto ayudas económicas —como tarjetas prepago, ayudas para farmacia, educación o alquileres— como ayudas en especie, fundamentales para cubrir necesidades básicas de cientos de familias.

La memoria también subraya el papel esencial del voluntariado, compuesto en 2024 por un equipo de 172 personas, que han colaborado estrechamente con el personal técnico de la entidad. Su dedicación y compromiso han sido clave para llevar adelante la labor de Cáritas en todos sus ámbitos de acción para ayudar a quienes más nos necesitan en la ciudad de Gandia.

«No se trata solo de cifras sino de personas reales que, día a día, ven cómo sus derechos se diluyen ante barreras estructurales que se perpetúan: la falta de vivienda asequible, la precariedad laboral, un sistema que genera desigualdad y deja fuera a los más frágiles», enumera Boscá, quien ha hecho un llamamiento a colaborar, implicarse y no mirar hacia otro lado, resaltando la necesidad de que «desde la Administración se trabaje de forma corresponsable para desarrollar políticas públicas estables, enfocadas a las nuevas realidades, que aborden estas problemáticas y que garanticen una red de cuidados para vivir en sociedad».