Cáritas San Pedro Apóstol de Paterna, recoger el testigo de la caridad
Una larga trayectoria al lado de las personas más desfavorecidas de la sociedad ha permitido a esta Cáritas parroquial obtener el reconocimiento en la última celebración del Día del Voluntariado.
Una larga trayectoria al lado de las personas más desfavorecidas de la sociedad ha permitido a esta Cáritas Parroquial obtener el reconocimiento de Cáritas Diocesana de Valencia en la última celebración del Día del Voluntariado.
Su actual directora, Adela Verdejo, hija de voluntaria y con veinticinco años de voluntariado compaginado con familia y trabajo, nos hace un recorrido por la evolución del pueblo y sus gentes, de los cambios que poco a poco se han producido en la forma de atender a las personas que han acudido en busca del apoyo de Cáritas y de las necesidades que en cada momento han tenido que atender.
Adela tiene constancia de que esta Cáritas parroquial ya estaba organizada en octubre de 1951 aunque su primera reunión formal tuvo lugar en 1952. Entonces ejercía su labor caritativa bajo el nombre de Secretariado de Caridad. Se empieza a hablar de Cáritas, según las actas que guardan, en 1962.
«Ahora nos parece curioso, —relata Adela—, que las primeras ayudas que constan en acta eran sobre todo para transfusiones de sangre y algún medicamento para personas que estaban enfermas y no tenían posibles para acudir a un médico. Se hacía seguimiento de la evolución de las personas enfermas con visitas periódicas a sus domicilios. Otras actas recogen la donación de determinados kilos de carne de caballo de dos personas, que tenían animales, para repartir entre los pobres; la del propietario de un molino de grano que dona sacos de harina con la que un hornero amasa pan para los pobres».
Entonces las reuniones del equipo eran constantes. La pobreza en el pueblo era elevada y convivía con el veraneo de gente de València de buen nivel económico.
El pueblo ha ido evolucionando un poco empujado por los tiempos y Cáritas se ha tenido que amoldar a las carencias, distintas, que han ido surgiendo: «Poca gente muere de hambre hoy día pero sí que se necesita ayuda para poder alcanzar a los gastos mínimos».
Una economía eminentemente agrícola regada por el río Turia y pequeñas industrias manufactureras atraían trabajadores de València y de otros lugares de España.
«En Cáritas hemos atendido a los abuelos, después a los padres y más tarde a los hijos. Ahora esto ha cambiado bastante», explica Adela.
La industria creció y atrajo a muchas más familias de fuera, aumentando la inmigración de forma continuada.
«Se ha notado mucho desde que se aprobaron el salario mínimo vital y la renta valenciana de inclusión porque ahora atendemos sobre todo a migrantes, la mayoría en situación administrativa irregular.
Un proyecto importante que funciona desde 2005, conveniado con el Ayuntamiento, es el proyecto de las tres parroquias del casco urbano del pueblo, SARA, destinado a la promoción de mujeres madres derivadas de los servicios sociales.
Además, un hecho importante que ha perdurado desde el inicio del Secretariado de Caridad, y que se ha ido fomentando con los años, es el mantenimiento de los socios que les permite, con sus cuotas, tener mayor holgura económica.
«Hemos podido sustituir la entrega de alimentos por vales para productos de primera necesidad. Recogemos la operación kilo en Navidad como inscripción a la San Silvestre, organizada por el Ayuntamiento a beneficio de las tres Cáritas parroquiales del pueblo y nos viene bien para cubrir emergencias. Es muy variable el número de familias que atendemos. Por ejemplo, la semana pasada abrimos ocho casos nuevos. Familias migrantes, mujeres solas con niños, matrimonios bastante mayores también migrantes que han venido porque los hijos ya estaban aquí pero les faltan recursos…».
Dramas entonces y dramas ahora. Y un voluntariado con una constancia férrea que va recogiendo el testigo de la caridad de generación en generación con un mismo empeño: que el mundo cambie, que sea un lugar habitable para todos los hombres y mujeres que lo habitan.