Nuestro día a día25/06/2021

Hola, soy Cris: ¡ya está servido!

Así empieza cada uno de los vídeos que Christine sube a YouTube con apetitosas recetas de cocina.

¡Hola, soy Cris! Así empieza cada uno de los vídeos que sube a YouTube con apetitosas recetas de cocina y eso que esta no es una actividad que Cris hubiera planeado realizar en su vida anterior.

“Judías verdes troceadas y cebolla cortada muy fina rehogadas en una cucharada de aceite. Tomate rallado, un poco de agua y… Un vino blanco y de postre, fresas con nata”

Es su plato favorito. Nada de carne aunque sabe prepararla de mil maneras y muy bien.     

¿Y quién es Cris? A la vista está que Cris es una mujer joven que trasmite alegría, aplomo y personalidad, con sonrisa contagiosa que irradia de toda su persona. Ella dice que ha tenido días muy difíciles, que llegó a València hace unos cinco años, con su hijo y su madre enferma. Sin contactos de ninguna clase y solo con un poco de dinero. Tuvo que tomar la decisión de dejarlo todo atrás, hogar, amigos y trabajo. Era esta decisión o, como ella dice, a la vista solo tenía la muerte o la cárcel.

A buen entendedor…

«No sé cómo ha podido ocurrir todo esto, cómo he llegado hasta aquí. Puede ser la fe y gracias a Dios, porque aquello superaba todo lo que yo podía soportar». 

La Administración los acogió y puso en marcha lo necesario para que pudieran vivir con seguridad.

Una vez escolarizado el niño, Cris a estudiar. Empezó a hacer cursos: panadería, pastelería… y no porque le gustaran especialmente, pero los hacía en línea. No podía dejar a su madre sola mucho rato. Le costaba también a la madre asumir la situación. Universitaria y profesora, que no había tenido nunca necesidad de nada y lo había perdido todo, vida, recuerdos, todo. Cris tenía que hacer algo, aprender y aprovechar.  Y aprovechó.

Tras año y medio entre nosotros, la ponen en contacto con Cáritas y empieza a dar pasos para normalizar su vida aunque su titulación le va a valer de poco. Vivienda y trabajo ya es mucho para ellos. En un restaurante lavando platos y arreglando la cocina o en una empresa de limpieza no la desaniman ni le impiden seguir adelante con decisión.

«Al fin he tenido la oportunidad de hacer la entrevista con Koopera y @rropa y he obtenido el puesto. He empezado como de cero también. No tenía ningún conocimiento».

Le han servido de mucho en Cáritas, la han ayudado a superarse. Tiene muy buena relación con todos ellos, el director, Estefanía, Concha, Loli… estuvieron a su lado en todo con el fallecimiento de su madre porque ella no sabía cómo hacerlo.

Su hijo es muy buen estudiante. Lo valora todo. Sabe que su madre ha tenido muchos problemas hasta llegar aquí.

«Otra guerra ha sido superar la muerte de mi madre. Tenía a alguien y se fue».

Un conocido quería invitar a unos amigos a comer y propone a Cris guisar para él pagándole lo que corresponda.

«Yo te cocino pero no quiero dinero, le dije. Les gustó mucho lo que preparé y me animó a hacer más cursos. Yo había pensado ya en grabar recetas y ponerlas en YouTube pero no sabía cómo empezar. Se ofreció a ayudarme y así empezamos hace mes y medio. Yo quiero preparar algo para que cuando se acabe mi contrato de trabajo en noviembre, me sirva para encontrar algo más estable. ¿Tendrán mis platos la cantidad de visitas que me permitan…? No sé… algo».

Es la voluntad, sobre todo, la que prevalece, dice Cris. En el primer centro que estuvieron había mucha gente extranjera que no sabía leer ni escribir. Eso la conmocionó. Cris habla varios idiomas y tiene una sólida formación. ¡Puede arreglarse!

«Quiero vivir, seguir. Mi hijo ha llorado mucho. Sabía lo que pasaba y hoy no quiere mirar atrás».   

«Mujer, cuando dejas una vez tu derecho, solo una vez, a tu pareja, que lo exige, se acabó. Ya es una detrás de otra. Ya no puedes recuperar nada. Ya eres un cero. La educación, el respeto, siempre».

Y sin embargo sonríe. Piensa en el futuro. ¿Cocinera? ¿Traductora?

Pendiente de visualizaciones y suscripciones, muy ilusionada espera la consolidación de este proyecto ¡Ya está servido! sin dejar de lado las otras opciones que su formación le pueden proporcionar. Segura de sí misma, con un hijo al que sacar adelante y la ayuda de quienes la han acogido, ha encontrado una sólida familia que le devuelve el sentido de pertenencia a un lugar, acompañada, escuchada y respetada. 

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