Fundaciones20/02/2024

La justicia social es necesaria para las personas mayores

Hoy celebramos el Día Mundial de la Justicia Social.

La justicia social es un concepto fundamental que busca la equidad en la distribución de recursos y oportunidades en una sociedad. Explorar sus dimensiones, como la igualdad de derechos, acceso a la educación y la salud, es esencial para comprender cómo promover sociedades más justas y equitativas.

La noción de justicia social ha experimentado una evolución significativa a lo largo de la historia. Se inicia con la promoción de ideas de igualdad, continúan con las revoluciones, francesa y americana, que sentaron las bases para la declaración de derechos y principios de justicia social. Después, los movimientos laborales y sociales lucharon por los derechos de los trabajadores y trabajadoras, salarios justos y condiciones de trabajo seguras. Después de la Segunda Guerra Mundial, se establecieron sistemas de bienestar social en varios países, buscando garantizar servicios básicos y protección social. La Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 subrayó la igualdad y la justicia social como principios fundamentales. Los movimientos de Derechos Civiles en la década de 1960 abordaron la discriminación racial, contribuyendo a cambios legislativos como la Ley de Derechos Civiles de 1964.

La globalización ha planteado nuevos desafíos para la justicia social, ya que las desigualdades pueden amplificarse. Los movimientos actuales se centran en cuestiones como la equidad de género, derechos LGBTQ+ y la justicia ambiental. La evolución de la justicia social refleja un proceso continuo de reconocimiento y lucha contra las desigualdades, adaptándose a las transformaciones sociales, económicas y políticas a lo largo del tiempo.

La justicia social en el contexto de las personas mayores implica garantizar que esta población tenga acceso equitativo a recursos, servicios y oportunidades. Algunos aspectos clave incluyen el bienestar económico, asegurar pensiones adecuadas, programas de seguridad social y acceso a servicios médicos, combatir la discriminación laboral basada en la edad y promover oportunidades de empleo para personas mayores.

En lo que se refiere a la salud y el cuidado, se trata de garantizar un sistema de atención médica que aborde las necesidades específicas de las personas mayores, fomentar programas de prevención y atención a enfermedades asociadas con el envejecimiento, así como servicios de cuidado a largo plazo y atención a domicilio.

El trabajo en la Inclusión Social pasa por promover la participación activa de las personas mayores en la sociedad, evitando la discriminación y estereotipos, facilitar el acceso a actividades culturales, educativas y recreativas.

En relación a la vivienda, garantizar que las viviendas sean accesibles y adaptables a medida que las personas envejecen y proporcionar opciones de vivienda asequibles y seguras.

La Protección Legal debe ir encaminada a implementar medidas legales que protejan los derechos y la dignidad de las personas mayores. Esto incluye salvaguardias contra el abuso y la explotación, así como garantizar la capacidad de toma de decisiones.

Y, por último, se debe fomentar la tecnología Inclusiva promoviendo el acceso y la educación en tecnologías que beneficien a las personas mayores, facilitando la conexión social y el acceso a servicios en línea.

La justicia social con las personas mayores implica reconocer y abordar las barreras que enfrentan en diversas áreas de la vida, promoviendo su bienestar y participación plena en la sociedad.