El cuento de los viernes20/06/2025

La sagrada comunión

Hoy, en #ELCuentoDeLosViernes, nos llega una historia cercana a la fiesta que celebramos, la del Corpus Christi - el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

A este sacerdote, del que nos empapamos en cada una de sus palabras cuando habla de Evangelio y de personas que deambulan por los márgenes del camino como aquellos que se acercaban a Jesús para que les devolviese la vida que nunca habían tenido y a las que él ha dedicado su vocación, le gusta mucho hablar de los suyos, de quienes ha aprendido tanto, quienes han cincelado su alma a golpe de compasión.

A veces cuenta cuando, de joven, ejerció su ministerio en las misiones. Recuerda agradecido a aquellas gentes, en América del Sur, tan diferentes en sus costumbres y su cultura, tan sencillas y acogedoras, alegres, pobres, sin nada que ofrecer y que, sin embargo, lo daban todo. De fe sencilla pero profunda y agradecida.

De aquellos niños y niñas que conoció y ayudó a encontrar a Dios brotaron muchas vocaciones, repartidas hoy por el mundo entero difundiendo su Palabra con la misma pasión que les inculcaron.

El sacerdote irradia paz y sabiduría. Autoridad. Serenidad y afecto en sus palabras de análisis certero, que invitan a la reflexión, a aprender a mirar de otra manera.

Evoca con ternura una Eucaristía que nunca ha podido olvidar. La celebró en un pequeño poblado de la Amazonia, en una iglesia humilde, presidida por un enorme Cristo crucificado.

Llegada la hora de la comunión, una mujer joven con un niño en brazos se acerca y recibe la hostia consagrada. Toma una parte minúscula y se la pone al pequeño en la boca. Despacio sigue su camino hasta ocupar su lugar en un banco.

El misionero, cuenta que sintió, emocionado, cómo se conmovía todo él y pensó que era la primera comunión más preciosa que había presenciado nunca y, al escucharle, se siente que, sin duda, el Amor de aquella madre era tan auténtico, tan serio, que lo quería compartir con su otro gran amor.