Fundaciones27/08/2025

Leer es antiestresante

La propuesta del autor, puede ser una muy buena idea para quienes siguen de vacaciones, pero también, para quienes ya han vuelto al trabajo.

Vivimos acelerados, impacientes, estresados y, por lo tanto, ansiosos. Según un estudio realizado por Cinfasalud, algo más de doce millones de personas en España sufren estrés de forma habitual. Buscamos calmar esa ansiedad con más actividades, deportes extremos, infusiones, alcohol, fármacos y no nos damos cuenta de que tenemos una herramienta al alcance de la mano, económica y sin efectos secundarios. O, mejor dicho, con efectos secundarios muy gratos. La lectura.

Según un estudio de la Universidad de Sussex, una lectura de seis minutos diarios tiene la capacidad de disminuir los niveles de estrés hasta en un 68 por ciento, mucho más qué otras actividades como salir a pasear, tomar una infusión o escuchar música. Este estudio fue capitaneado por el neuropsicólogo David Lewis.

Según la Organización Mundial de la Salud, la ansiedad es una sensación de peligro inminente, de fatalidad, las personas que sufren ansiedad suelen experimentar estas sensaciones de forma intensa y excesiva, que se acompañan con tensión física y bloqueo mental. El estrés prepara para la acción y nos ayuda a proteger la vida, pero sentirlo en exceso deteriora la salud, es algo así como tener el motor de un vehículo constantemente acelerado.

El 12,6% de la población española sufre ansiedad. Lo sufren más las mujeres, un 16,5%, frente al 8,7% de los varones. De todas estas personas, a más de la mitad se les prescribe, mínimo, un envase anual de ansiolíticos.

Cada vez hay más profesionales de la salud que plantean que estamos medicando realidades de la vida, que pueden resultar desagradables, pero no son enfermedades. Cuando ponemos el consumo, la prisa y lo banal en el centro de nuestras vidas es normal que nos sintamos vacías, angustiadas y ansiosas.

Más que tomar pastillas para soportar la vida, hemos de cambiar la vida para no tener que tomar pastillas.

Situarnos en el papel de víctimas no genera ningún cambio. Podemos leer. Según el estudio realizado en la Universidad de Sussex la lectura implica una concentración sostenida en una sola tarea, lo que ayuda a calmar la mente y reducir la ansiedad. Esa inmersión de quienes leen activa un proceso neurológico profundo creando imágenes mentales y conectándonos emocionalmente con el texto. De esta forma se activa la corteza prefrontal que es la responsable del pensamiento abstracto y la toma de decisiones,

A través de la lectura se comprenden situaciones desde una perspectiva distinta y la mente se libera de tensión acumulada. Es como quitar un tapón en un razonamiento bloqueado, lo que también reduce la frecuencia cardíaca y limita la producción de cortisol, la hormona responsable del estrés. Reduciendo riesgos, alejamos una posible adicción. Cualquier forma de malestar es un factor propiciatorio de conductas adictivas. De acuerdo con Sue Wilkinson, directora de la Reading Agency, «la lectura no solo puede ayudar a prevenir la depresión o el estrés sino también la demencia». Y de hecho, la Fundación ACE Barcelona Centro de investigación y Tratamiento del Alzheimer, destacó en sus informes la importancia de la lectura al mantener la actividad cerebral y retrasar los efectos del deterioro cognitivo.

Los beneficios completos de la lectura solo se aplican a los libros físicos, no a las lecturas realizadas en una pantalla ya que el impacto de la luz azul emitida por estas reduce la producción de melatonina entorpeciendo el proceso del sueño.

El estudio investigó diversos métodos de relajación. La población del estudio solo necesitó leer durante seis minutos para empezar a aliviar la tensión en los músculos y disminuir el ritmo cardíaco. Este conjunto de reacciones de la lectura es única y más efectiva que otros métodos de relajación.

Hay que tener en cuenta que la respuesta del cuerpo no es inmediata, tardará un tiempo en sentir la calma tras una respuesta activa de estrés, ya que, una vez liberado el cortisol (la hormona del estrés) en el torrente sanguíneo, el cuerpo tendrá que darle salida.

Es muy importante crear hábitos de lectura entre los niños y las niñas y esforzarse en que lo mantengan durante la adolescencia. La lectura no solo es una buena herramienta para evitar la ansiedad y el estrés, además es un recurso imprescindible para el proceso formativo, nos permite imaginar, descubrir y conocer. La lectura mejora el lenguaje y por lo tanto la comunicación; fortalece la concentración por lo que ayuda a mejorar los resultados académicos, a conocer y a comprender con más facilidad; mejora la ortografía y amplia el vocabulario; y también, desarrolla la memoria. La lectura nos ayuda a ampliar la imaginación, somos nosotros quienes definimos los paisajes, ponemos cara y cuerpo a los personajes. La lectura nos traslada a lugares y experiencias que una sola vida no daría para tener.