Agentes de Cáritas26/08/2020

Mª Carmen Prosper: «Estoy muy agradecida, en Cáritas siempre están dispuestos a ayudar»

Esta entrada fue publicada a lo largo del curso 2019-2020 y la recuperamos ahora en este tiempo de verano, para nuestros lectores y lectoras.

Mari Carmen se define a sí misma como una mujer trabajadora, familiar y creyente; amiga de sus amigos y sencilla. Tiene una familia pequeña pero muy unida. Su marido y su hija, veinteañera, que trabajaba hasta que empezó todo esto del coronavirus, y que todavía vive en casa; sus padres y nadie más, porque Mari Carmen es hija única. 

Por segunda vez, Mari Carmen y su familia se han visto golpeadas por una difícil situación económica y, por segunda vez, Cáritas parroquial de Enguera ha estado, está a su lado.

La empresa de su marido se ha acogido a un ERTE y su hija, que trabajaba en una ETT, ahora está apuntada al paro. Mari Carmen cose, que es poca cosa, para una empresa, sin contrato. Dejó de trabajar, y de cobrar, cuando empezó el confinamiento y hace una semana que ha vuelto. Ahora hacen mascarillas que es lo que se demanda.

Mari Carmen, ¿has tenido que volver a pedir ayuda a Cáritas?

Sí. La verdad es que estoy muy agradecida. Siempre están dispuestos a ayudar. Son muy buenos todos. Hace unos años, cuando la otra crisis, tuve mucha necesidad y la trabajadora social me dijo que fuera, conocí a Amparo y fue un alivio para nosotros. Nos han ayudado siempre. Nos llegaron a pagar, alguna vez, el agua o la luz y sobre todo comer. Entonces mi marido se quedó sin trabajo, mi hija era pequeña y yo me tuve que meter en un bar. Fue un desastre. Tuve que dar mi piso al banco, ¡me quedé sin casa!, el coche se lo quedó  la financiera…

Sois personas muy valientes y luchadoras porque conseguisteis salir a flote.

No había otra. Ahora vivimos de alquiler. Mis padres también nos ayudaron lo que podían porque mi padre cobra una pensión pequeña. Entre todos fuimos saliendo.

Ahora llega esto del coronavirus y os encontráis en las mismas.

Otra vez, sí.

¿Qué os preocupa más?

A la enfermedad le tienes mucho respeto. Yo cumplo todas las medidas. Salgo lo justo de casa. Mi marido va a comprar y ya está. Mis padres son de riesgo. He estado sin verlos estos meses, pero el trabajo es lo que nos preocupa mucho.

El haber sido capaces de salir adelante en la otra crisis, ¿os da fuerza para enfrentar esta nueva situación? 

Claro. Lo piensas, te pones mal, te dan ganas de llorar, pero ahí estás. Tienes que pelear. No hay otra.

¿Cómo se han apañado en Cáritas para no dejaros de la mano?

Ay, muy bien. Está el párroco ayudando ahí, en primera persona, y también hay una chica joven que es la que nos da los alimentos. A Amparo la veo menos porque va en otro turno pero siempre está ahí. Es una persona impresionante. Las otras voluntarias, también. Amparo me llama, me dice… salió que necesitaban gente para el campo, para mi marido y enseguida me llamó para que se apuntara. Siempre así.

¿Cómo ves la salida de esta situación?

Yo, como lo pasé tan mal que tuve que dar mi casa y eso fue muy fuerte, pues peleando. Lo más es que mi marido tenga trabajo. Y mi hija también porque está muy agobiada en casa. Tan joven y encontrarse con esto…

Todo el relato de Mari Carmen, de superación, de ánimo para salir adelante, con un tono de voz sereno y a la vez animoso, se rompe al final por la emoción al hablar de su hija, tan joven… y con esto, pero la unión de esta familia conseguirá, una vez más, ser el motor que la saque adelante.