Agentes de Cáritas18/10/2024

Marisa Alandete, entrega desde la Cáritas Interparroquial de Oliva

Los muchos años de dedicación de Marisa a las personas más desfavorecidas del pueblo le han valido el reconocimiento en el Día del Voluntariado de 2023.

Marisa Alandete pertenece a la Cáritas parroquial de Santa María en Oliva. Sus muchos años de dedicación a los más desfavorecidos del pueblo le han valido el reconocimiento de Cáritas Valencia en el Día del Voluntariado, el pasado mes de diciembre de 2023.

Desde pequeña se ha involucrado en la iglesia allí donde era necesaria: Acción Católica, Juniors, catequesis de primera comunión, de confirmación, liturgia y…

El párroco le dijo:

— Marisa, hace falta que ayudes en Cáritas.

Y Marisa se metió de lleno a conocer qué pasaba en Cáritas, por qué era la caricia de la Iglesia a los pobres y a ponerlo en práctica junto a sus compañeras. 

Ha amado la parroquia como una extensión imprescindible del amor a Dios y su paso por Cáritas la lleva al amor por las personas más empobrecidas de la sociedad.

En su época de niña, las chicas salían del colegio sin un graduado escolar. Ella continuó, por libre, con una preparación formativa hasta ganar oposiciones administrativas. Abrió los dos institutos de Oliva y hasta su jubilación no dejó de realizar cursos que la apoyaran en su trabajo.

Su trabajo y su dedicación al Señor no le han impedido viajar mucho, por casi toda Europa, entre otros lugares, con lo que ha disfrutado, ha admirado y ha aprendido otras vidas que le han aportado importante alimento para el alma.

Desde que el párroco le hizo aquella petición, hace unos dieciséis años, empezó, junto a una hermana carmelita y varias voluntarias, repartiendo bolsas de alimentos para las tres parroquias del pueblo. La comunidad aportaba la parte económica que se necesitaba.

Se consolidó esta Cáritas como Cáritas interparroquial y Marisa fue directora de la Cáritas de Santa María. 

Con gran esfuerzo organizaron un economato común a las tres parroquias en una casa cedida por una familia, mientras que cada parroquia mantenía la atención en su Acogida.

El proyecto que más gusta a Marisa es el Punto de Encuentro donde se reúnen, reflexionan, estrechan lazos y se apoyan personas participantes y voluntarias. Conmueve la historia que nos cuenta de una chica que trabajaba varias horas en una casa y las cedió a otra chica que las necesitaba más que ella. Esa es la relación que se crea en Cáritas. 

Sigue relatando Marisa, con especial emoción, la acogida de Oliva a gran número de familias ucranianas. Con ellas iniciaron el uso de tarjetas solidarias. El apoyo que les prestaron les valió mucho para empezar una vida lejos de todo lo suyo y la mayoría de ellas ha logrado independizarse.

Ha ido llegando también al pueblo otra inmigración a la que se acoge y se la pone en conocimiento de las posibilidades de trabajo disponibles para que puedan salir adelante, que es a lo que vienen,  a conseguir una vida digna.

Marisa, aunque ya está soltando amarras, sigue siendo la directora del equipo y tiene proyectos en mente. El más inmediato sería formar un grupo de voluntarias que hagan compañía a las personas de edad avanzada. Es su asignatura pendiente desde hace años y desea  hacerla realidad porque como ella apunta, decía D. Arturo Ros que hasta que no nos jubilen “allá arriba” debemos estar al pie del cañón.