Fundaciones20/01/2021

Migración y adicciones

Desde Proyecto Hombre Valencia nos cuentan cómo las adicciones también afectan a las personas migrantes.

Frente a la migración, es fácil que nos olvidemos de muchas cosas. La primera, que todos somos migrantes, todos hemos llegado de otras partes.

Cuando en estas tierras ya vivían otros humanos, los neandertales, llegamos desde África como homo sapiens. Ya en la cercanía, los españoles huíamos del hambre migrando, por ejemplo a Argentina, luego escapando de la guerra nos íbamos a Francia o México, y desde la segunda mitad del siglo pasado, los españoles buscamos trabajo en Francia, Suiza, Alemania o Reino Unido, y seguimos haciéndolo. De todo esto, parece que no nos acordemos cuando son otras personas las que vienen a las tierras en las que habitamos.

Nos cuesta ponernos en la situación de las personas migrantes y, especialmente, comprender su relación con las conductas adictivas. Provienen de diversas culturas y se encuentran o re-encuentran con las drogas en un contexto distinto, unas veces más permisivo y otras más restrictivo, lo que supone un choque cultural más, que dificulta la comprensión y genera distancia y prejuicios, tanto por parte de la persona migrante como de la local. Las leyes, las prohibiciones, los miedos y el proceso de estigmatización se “hibridan” con sus creencias sobre esas sustancias u otras parecidas.

Vivir en una cultura teniendo interiorizada otra, genera una gran confusión. Confusión sobre qué se puede y no se puede hacer, y qué debo y no debo de hacer.

Qué se puede hacer lo marca la cultura dominante, pero qué debo de hacer lo marcan mi cultura y mis valores. Si no respeto la cultura imperante corro el riesgo de ser todavía más excluido de ella y si, respetándola, quiebro los valores de mi cultura de origen, corro el riesgo de ser excluido del colectivo del que provengo y que, seguramente, sea mi principal grupo social.

Se termina en una paradoja de difícil solución puesto que siempre se pierde algo importante.

En España, según el Instituto Universitario de Estudio sobre Migraciones y Caritas Española, el tiempo medio de estancia en el país de las personas migrantes es de unos 13 años y con un importante asentamiento familiar; ocho de cada diez son hogares familiares. Estas son las dos variables que actúan como principales factores de protección. Las principales dificultades las tienen las personas que llegan solas y con pocos recursos. Poco conocimiento de los hábitos culturales, de obligaciones y protocolos, de los detalles de la lengua, ningún o poco apoyo familiar, desarraigo, divergencia en las formas de vivir y de pensar, necesidad económica y precariedad. Características que se convierten en factores de riesgo para cualquiera de nosotros.

La relación de las personas migrantes con las drogas no se limita al posible consumo. Además, el mercado ilegal de la droga se aprovecha de estas personas, de su precariedad, de su necesidad, de su desarraigo y las utiliza como un peón para ampliar su mercado. No percibimos que los verdaderos narcotraficantes llegan en avión o en yate y con tarjetas de crédito, siendo la figura del traficante de menudeo la que se estigmatiza. En esta visión de la realidad tiene mucho que ver una profunda aporofobia, término acuñado por la filósofa valenciana Adela Cortina que define el miedo y rechazo hacia las personas pobres, con una hostilidad y una aversión hacia ellas mismas y lo que representan. Postura normalmente disfrazada, puesto que las raíces cristianas de nuestra cultura promulgan lo contrario.

Migración y conductas adictivas no son una relación extraña, los factores de riesgo que rodean a la persona migrante son muchos y los de protección pocos y débiles. Conocer las características culturales, las realidades familiares que están involucradas en su experiencia con las conductas adictivas es un requisito indispensable para poder crear los modelos y enfoques en las relaciones. Tenemos delante el desafío enriquecedor de la multiculturalidad.

Como dijo Martin Luther King, «O aprendemos a vivir juntos como hermanos, o moriremos juntos como idiotas». Va siendo tiempo de ponerlo en práctica, incluso frente a las conductas adictivas.

 

Fuentes:

https://www.fuoriluogo.it/forum_droghe/summer-school-forum_droghe/i-migranti-e-le-sostanze-psicoattive/#.XjMAz2hKiUm

https://www.eapn.es/ARCHIVO/documentos/noticias/1600170012_un-arraigo-sobre-el-alambre-15.09.2020-resumen.pdf