Miguel Ángel Sánchez: «Cáritas ayuda a quien lo necesita sin preguntar nunca cual es su filiación u origen»
Miguel Ángel fue, en 1989, el impulsor de la formación en Cáritas Valencia, junto a un gran equipo.
Este Jueves de formación recibe a Miguel Ángel Sánchez, impulsor de la formación en Cáritas Valencia, junto a un gran equipo, que inició su proyecto en 1989 y que ha llegado a nuestros días conservando, como un regalo, toda su esencia. Sacerdote, doctor en derecho canónico, tras su paso por Cáritas, fue nombrado por la Conferencia Episcopal secretario general de Justicia y Paz en España, posteriormente vicepresidente en Europa y ha participado en la Corte Superior del Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo. Su vida es un compromiso con los Derechos Humanos y una preferencia evangélica por los pobres.
Unas palabras suyas, al terminar su ponencia, nos hacen conocer un poco más al sacerdote inspirado en la vida de Jesús para creer firmemente que otromundoesposible.
Miguel Ángel, nos encontramos a un seminarista que dio paso al sacerdote, al docente y que necesitaba algo más para cumplir bien con Dios. Quiso estar al lado de los pobres, de los débiles, porque de su lado ya estaba, fue a Cáritas a ver si podía acompañar a personas mayores y…
Y así fue. Yo vine a Cáritas a ofrecerme dos horas a la semana y terminé trabajando en Cáritas cinco días por semana.
Aquella pretensión primera desembocó en una explosión de sabiduría, análisis y creatividad para formar a la gente de Cáritas. Y una vez jubilado, ¿qué siente que le pide Dios?
Mi interés ahora es seguir construyendo el Reino de Dios. Citando a Pablo VI, «cada tiempo tiene sus circunstancias y hay que adaptarse a esas circunstancias cambiantes». Creo que un gravísimo problema que tiene la sociedad española actual es la falta de solidaridad con los más pobres. Esto fue identificado con mucha clarividencia por todo el equipo que formamos en aquellos tiempos, años 89-90.
Los pobres hoy no son los mismos pobres de entonces. En esos años, la pobreza se podía delimitar más. Hoy, en una misma persona, incluso, su sentido es mucho más amplio.
Hoy tenemos un factor de cambio que ha sido la llegada de las personas migrantes. Entonces estábamos en los comienzos de su llegada. Nada comparable a la situación actual. Cáritas hace muy bien en ponerse a la escucha y del lado de los migrantes para mostrar que estas personas puedan gozar de todos sus derechos en nuestra sociedad.
Ha hablado usted de la Doctrina Social de la Iglesia. Surgió como un espíritu fresco que llamaba a acoger la necesidad, de dar voz, pensamiento y cabida a los pobres y ¿sigue siendo tan ineludible como entonces?
El primer documento de la época moderna de la Doctrina Social de la Iglesia es de 1891. Es la encíclica Rerum Novarum de León XIII. Los papas intentan responder a la situación del momento. La doctrina social no se presenta como intemporal, se acompasa a los tiempos. En estos momentos tenemos el privilegio de contar con el papa Francisco que no cesa de plantear y elaborar doctrina social, de muchas maneras. Él insiste muchísimo en la traducción del Evangelio al socorro de los más necesitados. No para de hablar de la misericordia, de la acogida, de que en la Iglesia cabemos todos sin hacer distinciones. En estos momentos la figura del papa Francisco es una bendición de Dios.
Y cuarenta años de formación consolidada en Cáritas Diocesana de Valencia, nacida de un equipo de personas de pensamiento y corazón afín, implicado en establecer un modelo de actuación que llegase a todos los puntos del territorio, ¿es otra bendición de Dios?
Cáritas se ha ido conformado como una entidad muy sólida, en la Iglesia y en la sociedad. Cáritas es la cara visible de la Iglesia para la mayor parte de la sociedad y, por fortuna, es una cara muy positiva porque Cáritas no discrimina. «Cáritas ayuda a quien lo necesita sin preguntar nunca cual es su filiación religiosa o ideológica, de nacionalidad o de cualquier otro tipo». Esa solidez de Cáritas hay que custodiarla de todas las maneras posibles, porque en eso nos va la vida para que la sociedad confíe en ella.
¿Qué añadiría usted a la Cáritas de hoy en día?
Que la Iglesia, en conjunto, tuviera más conciencia de la naturaleza y de la misión de Cáritas, que la conociera más de cerca y que la apoyara con mayor fuerza.