Movilidad humana: hospitalidad, dignidad y derechos
Esta entrada fue publicada a lo largo del curso 2019-2020 y la recuperamos ahora en este tiempo de verano, para nuestros lectores y lectoras.
La intención de oración del papa Francisco para este mes de febrero en su vídeo de la Red Mundial de Oración es que escuchemos los gritos de las personas migrantes. Señala que:
«a menudo las personas migrantes son víctimas del tráfico y de la trata de personas. Entre otras causas, sucede esto por la corrupción de los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de enriquecerse».
Tanto el papa, como Cáritas y otras entidades sociales de la Iglesia han defendido el derecho a la movilidad y los derechos humanos de las personas migrantes.
Así lo hizo Sergio Barciela, del Equipo de Migraciones de Cáritas Española, en su artículo La movilidad humana a debate: hospitalidad, dignidad y derechos, publicada en Crónica de la Solidaridad 5.4 (diciembre de 2016, págs. 30-33). Indica que «la falta de canales legales (en el caso de las personas migrantes) y de canales seguros (por la ausencia de corredores humanitarios en el caso de los solicitantes de protección internacional), provoca que las personas busquen rutas alternativas cada vez más largas y peligrosas, que ponen su vida y las de sus familias en manos de las mafias». Considera que la proliferación de las mafias se produce por la falta de alternativas legales para llegar a Europa.
En este sentido, en estos días, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha alertado de que el Gobierno de España ha reducido casi a la mitad el número de personas migrantes que llegan por la Frontera Sur «con el refuerzo de políticas que vulneran gravemente los derechos humanos», y que se fundamentan en «la subcontratación de la represión por parte de Marruecos y el despliegue de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, Frontex» (Ver noticia completa).
Barciela denuncia la ausencia de la movilidad humana en los ODS y la hipocresía de los gobiernos al defender la libre circulación de bienes, servicios y capitales y sin embargo obstaculizar la movilidad de las personas.
Cáritas, apunta Barciela, está convencida de que el sufrimiento y la muerte en torno a la movilidad humana es evitable, sólo necesita voluntad política. Por ello, alienta a los cristianos y sociedad en general a acoger a los migrantes y a denunciar las vulneraciones de derechos.
