Pilar Laguna: «Proyecto Hombre me brindó su apoyo y ahora devuelvo a la sociedad lo que ellos me dieron»
Pilar es psicóloga y voluntaria en la CTI de Proyecto Hombre, Módulo 1 del centro penitenciario de Picassent.
Pilar, Cuca para la familia y los amigos, tiene 50 años y un hijo de 16. Es psicóloga además de varias titulaciones más y voluntaria en la Comunidad Terapéutica Intrapenitenciaria (CTI) de Proyecto Hombre, Módulo 1 del centro penitenciario de Picassent.
Si alguien puede ponerse en la piel de los hombres y mujeres internos en ese Módulo 1 de la cárcel de Picassent y sentir con ellos la dificultad y el esfuerzo para salir a la calle libres de condena y de adicción, esa es Cuca. De acertar en el trato, con las palabras justas y los silencios adecuados, esa es Cuca. De comprender, enseñar y motivar para demostrar que sí se puede, esa es Cuca.
Cuca es inteligente, hija de médica e ingeniero, con dos hermanos menores que ella también de carrera, que quiso dejar de estudiar cuando era muy joven porque, como ella misma dice, no quería seguir una vida normativa. Hizo secretariado internacional y con bastante suerte entró en una empresa que, al poco, la hizo responsable comercial de la Comunitat Valenciana y Murcia.
Veintitrés años, buen sueldo, buena libertad y la vida por delante. Noches de discoteca en fin de semana, gente divertida y el comienzo de un consumo fatal. No se hicieron bien unos a otros.
Esa vida trae un deterioro físico y mental importante. Ella lo supo llevar hasta que se quedó dormida en la carretera por los excesos del fin de semana y a partir de ahí los centros de rehabilitación impuestos. «Cuando sales, sales como un toro desbocado. No estaba decidida a realizar el cambio», afirma Cuca.
Vino un primer delito y luego otros. Preventivos primero, un tercer grado por buen comportamiento, el Centro de Inserción Social y su mayor recaída. Más tarde juicios y condenas en módulos de cumplimiento con la dureza que conlleva la vida allí.
En la época en que estaba bien decide ser madre y nace su hijo. Cuando el niño tiene dos años, Cuca tiene que entrar en prisión por una condena de años atrás.
«Mi padre y mis hermanos pidieron un indulto. Les dicen que no y me toca entrar. El niño se queda con mi padre. Mi madre ya había fallecido», recuerda Cuca.
El director médico del centro decidió enviarla al Módulo 2, módulo muy complicado, porque, le dijo: «Cuca no se ha dado cuenta de lo que es la prisión».
«En el Módulo 2 le vi las orejas al lobo. Yo se lo agradeceré toda la vida. En aquellos momentos no lo veía bien, pero ahora…».
La puso en el peor de los sitios con la mejor de las intenciones. Todavía no había cumplido los treinta años.
Cuca se desmorona. Ella sí que se había dado cuenta de lo que era Picassent.
«Y realmente me dio miedo. Empiezo a informarme y recibo la visita de Amparo, terapeuta del Módulo 1 y doy comienzo al programa. Desde que entro por la puerta del módulo hasta el día de hoy todo ha ido hacia adelante. Me encontré con cincuenta chicos y chicas, con un equipo terapéutico formidable que te da herramientas, talleres, terapias individuales y grupales para encontrar un nuevo camino. Yo era usuaria pero empiezo a dar clase de inglés a los otros chicos y chicas. Inicio los permisos en 2011, disfrutando enormemente de mi hijo, con una derivación a Proyecto Hombre en la calle y ahí me pongo a estudiar. Hago un grado medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia. Realizo las prácticas en Proyecto Hombre y me matriculo para el curso siguiente en Integración Social. Después, las prácticas también en Proyecto Hombre. Como vi que se me daba bien estudiar, empecé psicología y terminé la carrera hace dos años».
Psicóloga, Integradora Social y Técnica Sociosanitaria. Madre entregada a un hijo buen estudiante y deportista de élite, cuidadora del padre que ya se ha hecho mayor, colaboradora vocacional en Proyecto Hombre llevando los grupos de familia, ayudando a las familias a saber cómo apoyar a sus hijos.
«Después de la pandemia, cuando pudimos retomar el voluntariado, mi prioridad era hacerlo en la Comunidad Terapéutica dentro de prisión porque estoy más mimetizada con los usuarios de aquí porque los veo con más falta de apego. También hago entrevistas a personas que han solicitado venir a este módulo. Y también voy a preventivos. Proyecto Hombre me brindó su apoyo con los recursos que ofrece. Yo decidí aprovecharlos y ahora devuelvo a la sociedad, por medio de Proyecto Hombre, lo que ellos me dieron» son sus palabras generosas.
Esta es Cuca Laguna. Gran talento que quiere y sabe cómo ponerlo a disposición de la sociedad.