Cáritas parroquiales25/04/2024

Rosana Hervás: «Tenemos una Cáritas comprometida, contamos con el apoyo y la generosidad de la comunidad parroquial»

Un proyecto consolidado en Cáritas Interparroquial de Albal, ha merecido el reconocimiento de Cáritas Valencia en el día del voluntariado celebrado el pasado mes de diciembre.

Un proyecto consolidado, con una trayectoria de cerca de diez años, en Cáritas interparroquial de Albal, ha merecido el reconocimiento de Cáritas Valencia en el día del voluntariado celebrado el pasado mes de diciembre.

Rosana Hervás nos relata cómo se formó el proyecto y cómo ha evolucionado.   

«Al unificarse las dos Cáritas parroquiales de Albal y empezar a realizar conjuntamente la Acogida detectamos que había mamás de niños y niñas pequeños de origen marroquí y argelino que tenían mucho problema con el idioma. No podían ayudar a sus hijos con los deberes, sobre todo en las primeras fases de la enseñanza ni desenvolverse con soltura en los trabajos de limpieza y cuidado de personas mayores que es lo que pueden desempeñar. Muchos de los maridos presentaban dificultades similares pero los trabajos a los que tienen acceso, el campo o la obra, no requieren tanto dominio  del idioma. Son personas con ganas de trabajar y ganas de aportar».

Entonces surgió la idea de ofrecer clases de castellano a las mamás y refuerzo escolar a los niños y niñas pequeños.

Empezaron con una voluntaria que daba las clases de castellano por las mañanas y dos o tres voluntarias que hacían grupos dos tardes a la semana con los pequeños.

El proyecto sigue creciendo. Los cinco colegios del pueblo les conocen y están siempre en contacto con Servicios Sociales. Esto ha propiciado que haya mayor demanda de sus servicios, incluso desde los institutos.

«Este fue el origen de nuestro proyecto, —explica Rosana— y al crecer decidimos organizar mejor los tiempos y unificar en dos tardes todas las clases. Mientras niños y niñas dan su clase de refuerzo escolar, las mamás están aprendiendo castellano o valenciano».

Pasa el tiempo y van llegando familias procedentes de Latinoamérica con necesidades similares en unas ocasiones y diferentes en otras. Tuvieron que ampliar el proyecto porque les pedían clases de valenciano, también para ayudar a sus hijos con los deberes, para solicitar el arraigo familiar o el permiso de residencia.

De la relación con estas mujeres, pronto comprendieron su necesidad, no tanto del idioma, como de encontrar un espacio donde hablar, compartir y poder relacionarse. Necesidad vital a la que quisieron dar respuesta con un taller de costura y manualidades. En el proyecto se juntan las mamás de origen musulmán, con otras latinoamericanas y españolas. Encuentran un lugar donde reunirse, distraerse y sentirse acompañadas. Además, lo hacen coincidir con la clase de repaso de niños y niñas para facilitar los tiempos de asistencia a toda la actividad.

El curso pasado pensaron realizar gestos que motivara a las mujeres especialmente y les proporcionara un sentimiento de pertenencia, de haber hecho algo bueno. Así, prepararon un acto en el que se entregaron diplomas y certificados de asistencia, finalizando con una merienda en la que se compartieron alimentos típicos de cada país, preparados por todas las asistes al acto. «Fue muy bonito», —afirma—.

Otra necesidad importante a la que también han podido dar respuesta es la del empleo para lo que crearon un taller, aunque con sus dificultades, ya que el perfil que más se les presenta es el de personas sin documentación. Las acompañan en información de extranjería y las orientan en cómo realizar un curriculum y cómo deben prepararse para una entrevistas de trabajo. Cada vez vienen más personas con muy buena cualificación pero hasta que no regularizan su situación y homologan los estudios, y es lento, tienen que acogerse a lo que pueden para salir adelante.

«Tenemos una Cáritas comprometida, compuesta por voluntarios y voluntarias con ganas de hacer muchas cosas, —nos cuenta Rosana—. No siempre podemos contar con la gente más joven por los estudios, el trabajo o la familia, pero tienen gran interés. Son los de mediana edad los de mayor disponibilidad y contamos con el apoyo y la generosidad de la comunidad parroquial».

Este año han participado, con la ayuda de Cáritas Valencia, en la cabalgata de Reyes que organiza el Ayuntamiento y sus niños y niñas han tenido su regalo, entregado por los propios Reyes Magos y llamándolos, como a todos los niños y niñas por su nombre. Acuden también a la biblioteca cuando hacen cuentacuentos, los llevan a los Juniors…

La de Albal es una Cáritas que busca la integración en la comunidad de todas las personas que acuden a sus proyectos, trazando vías, sobre todo por medio de los niños, para que las relaciones en el pueblo no distingan entre unos vecinos y otros.