Agentes de Cáritas10/12/2021

Sara Pelayo: «Quiero poder aportar un pequeño grano de arena para ayudar un poco»

Acabamos de celebrar el Día del Voluntariado y nos encontramos con Sara Pelayo, una joven aspirante a voluntaria.

Sara es una chica muy joven, con una sonrisa grande que lo abarca todo, que ha iniciado el curso de voluntariado y nos cuenta quién es ella, sus ilusiones, sus motivaciones y por qué está precisamente aquí, en Cáritas.

Sara,  dinos quién eres.

Tengo 18 años, dos hermanos mayores que junto con mis padres formamos una familia numerosa. Estoy haciendo el año práctico del grado medio de auxiliar de enfermería y, como amigos, tengo un poco de todo, por edades, como burbujas…

Y si no tienes bastante con todo esto, decides que quieres ser voluntaria, que quieres ayudar a las personas más desfavorecidas de la vida porque te conmueve la pobreza de otras personas. ¿Qué te mueve a entrar en el voluntariado?

Poder aportar un pequeño grano de arena para ayudar un poco dentro de lo que cabe.

¿Conoces gente o tienes amigas o amigos que sean voluntarios en Cáritas o en alguna otra entidad?

El año pasado conocía a chicas de mi edad que estaban en el curso previo para ser «Jóvenes con Corazón» de Cáritas. 

¿Alguien más te movió a dar el paso definitivo?

Mi madre, que le gusta mucho ayudar y también Yolanda Segarra porque nos motivaba y nos hablaba de los diferentes cursos que podíamos hacer luego.

Una vez hayas acabado este curso, qué es lo que más te gustaría hacer, dónde te gustaría estar de voluntaria?   

Me gustaría estar en la residencia de San Antonio de Benagéber porque me gustan mucho los ancianos. Soy una persona muy tranquila  y creo que puedo estar tiempo hablando con ellos, dedicándome el máximo tiempo que pueda a ellos.

¿Qué crees que puedes aportarles?

Alegría.

La alegría esa que trasmites tú…

Todo esto que nos has contado ¿está envuelto, quizás, por la idea de Dios o lo vas a, poco a poco, empezar a conocer ahora?

Lo voy a empezar a conocer ahora. Es como un pequeño paso adelante para conocer la fe en Dios, entrar en el mundo cristiano y creo que me va a ayudar un poco en todo.

¿Entonces también te sientes envuelta por ese Dios que todavía no conoces demasiado?

Exacto. Yo diría que sí y, poco a poco, más cada vez.

¿Cómo te plantearías el voluntariado con estas personas mayores, cómo estarías con ellos?

Intentaría tener conversaciones con ellos, escucharles porque es lo que más le gusta a una persona para sentirse tranquila y contenta. Que te hablen ellos y simplemente el hecho de escucharles, de saber cómo se sienten, cómo están. Intentar ayudar en lo que puedas, en lo que ellas te dejen…

¿También les contarías tus cosas?

Claro.

¿Qué es lo que más te ha gustado del curso de voluntariado?

Me gusta mucho la actividad que estamos haciendo al principio de las reuniones, que consiste en cómo ponerte en la vida de una persona y saber los problemas a los que se ha enfrentado para escribir después cómo creemos que ha podido acabar.

¿Qué te han parecido los testimonios de las personas voluntarias que os han hablado?

Cada uno tiene una historia diferente que contar y siempre tienes la sensación de ¡qué bien que hayas aportado ese granito de arena! Cada una te impacta de una manera.

¿El curso tendría el mismo valor sin el testimonio de estas personas?

Faltaría algo porque ellos te están dando su experiencia, el momento vivido y tú vas como a descubrir y eso te ayuda,

A Sara le deseamos mucha suerte, mucha entrega, mucha alegría por este servicio porque personas como ella hacen mucha falta. El mundo lo necesita y Dios lo necesita. Gracias.