Agentes de Cáritas16/11/2020

Situación actual y retos para Cáritas

El pasado 28 de octubre tuvo lugar la XXXIII jornada formativa para sacerdotes organizada por Cáritas Valencia.

El pasado 28 de octubre  tuvo lugar la XXXIII jornada formativa para sacerdotes, promovidas por Cáritas Diocesana, con el tema principal de reflexión “Tiende tu mano al pobre: situación actual y retos para Cáritas” impartido por D. Ignacio Grande, director de Cáritas Valencia.

Un encuentro entre compañeros en la fe celebrado en un momento en el que la sociedad se enfrenta a importantes retos de convivencia.

La oración de inicio estuvo a cargo de José Mª Taberner, delegado episcopal y Arturo Ros, obispo auxiliar se encargó con sus palabras de bienvenida a dar calor al acto agradeciendo a los sacerdotes su labor en este tiempo difícil por el servicio prestado a la sociedad valenciana en las parroquias y a través de Cáritas que no ha descansado en absoluto en los duros meses desde marzo hasta ahora, con una gran actuación de servicio y entrega. El obispo destacó la disposición y la fluidez en la colaboración, en el ámbito institucional, con las autoridades de la Comunitat Valenciana.  Estamos, según el prelado en un presente complejo y difícil en el que nos preguntamos «si produce más fuego en el corazón porque estamos viendo muchos rostros que no veíamos y muchas necesidades y muchas pobrezas y que ahora se asoman de una manera muy descarada». Además, don Arturo hizo referencia a la encíclica Fratelli tutti, destacando la importancia de «percibir cuánto vale una persona, siempre, en cualquier circunstancia: no podemos perder este norte», —afirmó—. Terminó su intervención D. Arturo siguiendo con el texto de la encíclica: «la audacia y el coraje apostólico son constitutivos de nuestra misión y, si es posible, —dijo— haciéndolo con amabilidad».

Ignacio Grande dio inicio a su charla poniendo, más que nunca, en valor la figura del sacerdote en los tiempos que estamos viviendo. El director de Cáritas Valencia compartió las constataciones de nuestra situación actual aportadas por las Cáritas parroquiales que en estos meses de pandemia, con sus sacerdotes al frente, se han tenido que reinventar para llegar allí donde se las ha necesitado:

  • la crisis no está siendo igual para todos: los personas en situación de mayor debilidad son quienes más sufren y son millones de personas, que tienen nombre y apellido, vida propia, familia;
  • la pandemia ha puesto de manifiesto lo frágiles que somos y también la interdependencia mutua;
  • esta crisis nos trae nuevos rostros, que implican nuevos desafíos y nuevas maneras de enfrentarnos al acompañamiento.
  • sigue existiendo la sociedad expulsada a la que ya estaban atendiendo las Cáritas parroquiales y cuya situación se ha visto agravada por la pandemia;
  • además, hay muchas realidades de exclusión extrema en nuestros entornos;
  • la vivienda, o la falta de una vivienda adecuada funciona como factor de exclusión;
  • los menores están entre quienes más sufren;
  • cada vez conocemos más realidades de personas mayores en situaciones de soledad no deseada, que es la enfermedad del siglo XXI; 
  • la exclusión social y la salud van ligadas, sin olvidar los problemas psicológicos; 
  • la brecha digital es un problema emergente que se ha agudizado cuando los niños no han podido hacer los deberes o acceder a las clases on line. Además, hay trámites administrativos, laborales o solicitud de ayudas públicas que han de realizarse a través de Internet y muchas personas no pueden acceder a ellas;
  • la realidad más cruda a la que nos enfrentamos es la de los invisibles: personas sin hogar, mujeres en contexto de prostitución, migrantes en situación administrativa irregular; 
  • ante esta realidad, los gozos y las esperanzas se encuentran en las más de siete mil personas voluntarias en toda la diócesis que son un ejemplo, junto con los sacerdotes para estar atentas a todas y cada una de las situaciones enumeradas. En tan solo dos meses, 327 nuevas personas voluntarias de menos de treinta años, ofrecieron sus manos a Cáritas. ¡Son los jóvenes que se han revuelto ante esta crisis y es una puerta que se nos abre!;
  • junto a ellas, también destacan las personas y empresas que se han ofrecido y han colaborado económicamente.

Sigue…

 

Puedes ver el vídeo de las Jornadas aquí

 

A continuación, Ignacio Grande propuso a las personas asistentes en la Jornada analizar los retos o «empeños difíciles que constituyen un estímulo y un desafío para quien los afronta porque si alguien nos dice que lo que tenemos por delante es fácil, se equivoca». Estos retos hay que afrontarlos, según explicó, «con mirada de fe, con corazón afectado y con la esperanza encarnada». Así, los retos expuestos «como sugerencias, para ser afrontados cada uno desde su realidad, desde sus posibilidades» fueron:

  • es tiempo de compromiso, de esperanza, de no ser indiferentes, de no ser tibios;
  • es tiempo de una responsabilidad que conlleva dos actitudes, la oportunidad y la respuesta.
  • ser gérmenes de la cultura del cuidado: es tiempo de cuidados, de cuidarnos a nosotros mismos y cuidar de nuestros sacerdotes (las comunidades parroquiales deben tener en su ADN la certeza de que tenemos que rezar por los sacerdotes ya que son brújula y ancla);
  • estamos llamados a una reconversión para construir la vida interior;
  • tenemos que conocer y reconocer la historia que nos dice que los valencianos estamos destinados a hacer cosas grandes. Figuras como San Vicente Ferrer, el padre Jofré, Juan Luis Vives, Santo Tomás de Villanueva o Marcelino Olaechea nos marcan el camino;
  • estamos llamados a asistir y a la vez transformar;
  • nos debe ocupar la promoción de un empleo digno;
  • tenemos que comunicar lo que hacemos para sensibilizar: mostrar la trascendental del trabajo que realizamos;
  • somos y debemos seguir siendo canalizadores de la generosidad, de la solidaridad;
  • debemos seguir profundizando en la concienciación para una ciudadanía corresponsable;
  • la Iglesia siempre ha sido impulsora de espacios donde la gente dialoga: debemos potenciar la cultura del encuentro pensando cómo poder encontrarnos con otras confesiones, con nuestros participantes, con los jóvenes, con otras instituciones;
  • es fundamental que participemos en el fortalecimiento de la animación comunitaria, de todo el tejido social.
  • y siempre, teniendo en cuenta la creatividad: cómo hacer cosas nuevas.