Un espacio de escucha para jóvenes
El Programa de Intervención Familiar en el hogar ha creado este espacio para poner el foco en los adolescentes y jóvenes de las familias acompañadas.
En el programa de Intervención Familiar en el Hogar se trabaja con familias en situación de vulnerabilidad a través de la cesión temporal de una vivienda. Son familias con hijos, pequeños o adolescentes que están en un proceso de intervención para lograr mejorar sus condiciones de vida y que consigan una situación más estable.
Nos explica Estefanía Bloise, educadora en el programa, que en el momento en que la familia empieza a residir en la vivienda se inicia un proceso de acompañamiento integral abordando distintas áreas, con el fin de mejorar su situación personal, familiar y que puedan acceder a un alquiler normalizado. Cada familia tiene unas necesidades y, por tanto, se plantean diferentes objetivos a trabajar. Unas pueden estar en situación irregular y necesitan orientación en todo lo relativo a extranjería, otras pueden iniciar directamente un itinerario laboral o pueden necesitar orientación y apoyo en pautas educativas con los niños.
Con la experiencia continuada en el programa, observaron que, quizás, se ponía el foco fundamentalmente en los progenitores, en estabilizar su situación e iniciar un itinerario laboral y no se acentuaba el interés en los adolescentes y los jóvenes que tan importantes son en el proceso de intervención familiar.
«Empezamos a enfocar más la mirada en los jóvenes porque nos preocupaba la situación irregular de muchos de ellos, que les dejaba al margen del sistema. Los adolescentes están escolarizados hasta los dieciséis años pero después de la enseñanza obligatoria no pueden acceder a la formación reglada y si a los dieciocho años continúan en situación irregular, tampoco pueden acceder al mundo laboral.
Vimos el vacío que existía para estos chicos y chicas agudizado en el tiempo de la pandemia, donde las restricciones en la vida social les afectaban de una manera especial en un momento tan importante de sus vidas. Sin perspectivas ni posibilidad de iniciar algún proyecto de estudios o de trabajo…
Pensando sobre todo en ellos, aunque también en aquellos que tienen la situación administrativa resuelta, en colaboración con el programa de Infancia, Familia, Adolescencia y Mujer, dimos forma al Espacio de Escucha para Jóvenes, donde chicos y chicas se pudieran expresar, generando un sentimiento de pertenencia a un grupo, sintiéndose acogidos y escuchados en este lugar», nos explica Estefanía.
En equipo con el Programa IFAM se piensan los temas a trabajar y las dinámicas del espacio. Se intenta que sean de interés para ellos y ellas, creando un clima donde se sientan cómodos y acogidos con el fin de fomentar la implicación y participación de los jóvenes que acuden.
La primera sesión tuvo lugar en el curso 2020-2021. Al curso siguiente el espacio se consolida y siguen trabajando activamente porque cada vez acuden más jóvenes, motivados e interesados en participar, con un impacto muy positivo en ellos.
Hablan sobre el miedo, los vínculos sanos, las relaciones familiares, el feminismo y, este curso, en el primer trimestre, la temática está siendo una iniciación al mundo de las emociones. Se empieza con una dinámica para “romper el hielo”, divertida, con humor, para que se conozcan y se vayan sintiendo cómodos abriendo la puerta a temas más profundos.
Con motivo del final de curso, en julio pasado, realizaron una ruta de arte urbano con David de Limón y un taller con spray, comida y después tarde de piscina. Disfrutaron mucho, incluso a pesar de la dificultad del idioma ya que hay algunos adolescentes ucranianos que todavía no dominan el castellano. Consiguieron entenderse y pasarlo bien en una jornada de ocio muy positiva.
Este taller es un trabajo creativo para ofrecer a estos jóvenes motivación, una alternativa de ocio y que establezcan vínculos de confianza ampliando también sus redes de apoyo.