El inicio del nuevo milenio trajo consigo una década de evolución tecnológica, una serie de catástrofes naturales, ataques terroristas, desastres financieros y una grave recesión que impactó y transformó la economía global y la manera de vivir en el mundo. Con todo esto, Cáritas siguió apostando por estar al lado de las personas más empobrecidas, con la mirada puesta en las nuevas realidades, pero potenciando cada vez más el acompañamiento a todas las personas y apostando por su promoción e integración en la sociedad.
A lo largo de estos años se incrementa el trabajo con personas migrantes y se trabaja por ofrecerles apoyo y asesoramiento en los ámbitos jurídico, social, formativo y asistencial. Cáritas Diocesana sigue apostando por los Proyectos de Cooperación y Desarrollo, tras el terremoto y posterior tsunami en 2004 en el Sudeste Asiático y junto con Cáritas Española y la Red Internacional de Cáritas, firma un convenio de cooperación con Cáritas Zacatecoluca (El Salvador) y se hace presente en campañas de emergencia.
En 2005 Cáritas asume el Centro de Día Manantial que pasa a depender del Programa de Infancia y Juventud, cuya finalidad es la atención de jóvenes y niños del barrio de las 613 viviendas de Burjassot. En estos años, además, se fomenta el Programa de Suport Familiar con encuentros anuales de los proyectos de Mujer.
Casi al final de la década, España se ve sumida en una profunda crisis socio-económica, acrecentando el desempleo de forma histórica, con casi cinco millones de parados, afectando a todos los estratos de la sociedad, pero especialmente, a los más vulnerables. Esto hace que en 2009 se refuerce el servicio de Acogida, potenciando la Asesoría Jurídica con voluntarios profesionales.
Proyecto Simón
Creu Tavernes de la Valldigna, 2002 – 2003
Agradecimiento a Cáritas Valencia
Bangladesh.
Encuentros Suport Familiar
Xàtiva 2004, Albufera 2005, Monasterio Sta. Mª de Valldigna 2008.
Día del Voluntariado
Sede de Cáritas Valencia, 2006.
Participantes del Hogar Camboni
Montcada.
Servicio de Acogida
Sede de Cáritas Valencia, 2008.
Encuentro de Familias Inmigrantes con la Mare de Déu.
Manifestación Pobreza Cero, 2009.
«La parábola del buen samaritano es un ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que necesitamos tomar para reconstruir este mundo que nos duele. Ante tanto dolor, ante tanta herida, la única salida es ser como el buen samaritano. Toda otra opción termina o bien al lado de los salteadores o bien al lado de los que pasan de largo, sin compadecerse del dolor del hombre herido en el camino. La parábola nos muestra con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común».
Fratelli tutti, 67.
Papa Francisco
